miércoles, 10 de junio de 2015

El amanecer de los gatos

Una noche de tantas que
deslumbraba los ojos
de cualquier gato
mirando fijamente,
atónitamente,
solemnemente,
la Luna.
El amanecer de los gatos
lo llamaban,
yo me sumergía
en la cabeza
de un gato,
tanta alegría
y a la vez
tanta ira.
Era tan bonito,
pero no estoy
seguro si lo era,
mis pensamientos
me asustan,
las palabras
queman mi boca,
las ideas
destrozan mi cerebro,
y actos de locura
destrozan mi cuerpo.
Palabras que dejan
heridas en mi corazón,
heridas de sed,
de sed de sangre,
de sed de justicia,
de sed de lucha.
Lucha contra los seres
que nos dominan,
seres que caminan
hacia una ideología
sin llegar a ver
el camino
que recorren sus pies.
Pies mudos,
pies sin sentido,
pies sin rumbo.
Y los gatos maúllan
hacia la Luna
porque esta les da
el cariño
que se merecen,
un cariño
fuera del físico,
de la fuerza mental,
un cariño por encima
de cualquier persona,
un cariño que solo
se reconoce en,
el amanecer de los gatos.

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